lunes, 7 de septiembre de 2009

Holgazán de nacimiento

Después de varios días de aislamiento en mi choza, salí a la calle para ver si algún milagro había cambiado este mundo por otro un poco más humano. Al comprobar que, desgraciadamente, todo estaba exactamente igual, eché a andar por las calles sin saber con certeza a dónde iba. Si llegaba al bar de la esquina bien y, si llegaba a Utrera, bien también.
Contra todo pronóstico acabé exhausto ante las puertas de un centro comercial y bajo el calor asfixiante de las dos de la tarde. Como no me daba tiempo de volver antes de la siesta y tampoco me interesaba seguir caminando, abrí las puertas de aquella plataforma capitalista y me introduje en su interior.

Un cuarto de hora más tarde, y algo más repuesto, noté que el estómago me pedía papeo, así que comencé a inspeccionar la zona en busca de algo que acercarme a la boca. Encontré uno de esos restaurantes que la gente ha bautizado como “de comida rápida o basura” y fui directo al mostrador para pedir algo. No me apetecía mucho nada de lo servían, pero después de chuparte una cola de más de media hora las cosas se ven de otra manera, así que pedí lo primero que se me pasó por la cabeza. Cuando tuve lo mío, pagué y dejé que el chico que me atendía se quedara con parte de las vueltas, ganándome así unas palabras de agradecimiento que ni yo tenía ganas de oír, ni él de pronunciar.
Me abrí paso en medio de ese caos humano y me senté en una de las pocas mesas que quedaban libres.

Empecé a tragar, de forma mecánica, aquella bazofia que sabía a grasa disimulada por culpa de todo lo que le habían echado encima.
Al dar el último bocado, avisté a un amigo a lo lejos. El chico no tenía muy buena cara y le invité a conversar un rato mientras apuraba lo que me quedaba de coca-cola.
Tras hablar un poco de actualidad, le dije que se le veía un poco afligido y le pregunté si había algo que yo podía hacer.
Eso fue lo único que necesitó para empezar a largar, así que escuché atento su historia.

Las cosas no le iban demasiado bien. Había discutido con su novia y hacía ya dos semanas que no se hablaban. Sus padres querían que se marchara de casa, alegando que ya tenía edad para irse y hacer su vida y, para acabar de arreglarlo todo, esta misma mañana lo habían despedido del trabajo. Además, añadió que el paro le hacía difícil encontrar un nuevo curro.
Aquella era una situación que no se la desearía a nadie (excepto a algún sinvergüenza del mundillo del corazón) y, como no podía hacer nada en cuanto a su vida familiar y sentimental, me ofrecí a ayudarle con lo laboral.

Le pedí un currículum para ver lo que podía hacer por él. El chaval sacó uno que llevaba encima y me lo pasó. Con aquello no me extrañaba nada que no encontrara trabajo, con paro, o sin él.
Entonces me vinieron a la cabeza estadísticas y números que muchas veces pasan desapercibidos, como que más del 14% de los jóvenes (que no es poco) ni estudian ni trabajan y que son muchas las personas que abandonan al terminar secundaria. También están, por supuesto, los que ni acaban la ESO, pero esos pasan de todo.
Con estos datos no intento eximir a nadie del problema del paro porque, parte de la culpa de que España esté como esté, la tienen la mala gestión gubernamental, la crisis mundial y la indecente oposición. Pero eso no quita para que los jóvenes de hoy en día no peguen ni peñazo desde bien temprano.

Si en un futuro (Dios no lo quiera) alguno de vosotros está tragándose las colas del INEM, pensad, mientras os acordáis de las familias de los líderes políticos, que hace unos añitos en vez de estudiar le estabais poniendo chinchetas al cabrón del profe en el asiento.

3 comentarios:

Luis Albertolo dijo...

Bienvenido al mundo de la reflexión y la opinión!!!!!

Me alegra que hayas venido...

Ademas, te felicito por tu blog... es maravilloso tanto en las opiniones como en la forma de redacción.

Espero que perseveres y sigas así...

P.D: Tengo que actualizar mi Blog.

Anónimo dijo...

Me he quedado gratamente asombrada.
He disfrutado leyendo-te.
No dejes de hacerlo.
Te felicito chaval.
¡Nene tú vales mucho!
Un abrazo.
Chus.

Anónimo dijo...

Sinceramente no me esperaba que "semejante personaje" redactase tan sumamente bien.
te felicito de veras,me has dejado anonadada xdd'
Sigue por este mundiyo ,que te veo por el buen camino...;)

bsos!

pd//A veces ,un poquito de disciplina no vendría mal para que cambiasen un poquito las cosas,hubiese más respeto,pues se consienten cosas que no se deberían...
y a ser posible ,no nos lo dieran todo tan masticado,porque luego pretenden que salgamos genios,y en realidad no hay ganas de nada


pd2//Avísame cuando saques un libro x)

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